Un poco de integridad es mucho mejor que la mejor de las carreras". Lo dijo Ralph Waldo Emerson y para John Cena, ese sentimiento puede significar su perdición. A pesar de la amenaza de ser despedido, el ex Marine, en calidad de arbitro especial invitado, se negó a comprometer su integridad a fin de mantener su trabajo. En su lugar, hizo lo que se esperaba de él, comportándose como un tipo íntegro y permitiendo que el campeón Randy Orton retuviera el Campeonato de la WWE. Algo que, posiblemente, ponga fin a su propia carrera en el proceso.
Durante semanas, el líder de Los Nexus, Wade Barrett, había amenazado a Cena, recordándole que si perdiera ante La Víbora, Cena sería despedido de la WWE. La legendaria estrella, sin embargo, se negó a renunciar a sus principios. De hecho, Cena rechazó una oferta antes de que comenzara la pelea por parte de R-Truth, que se había ofrecido a montar una emboscada sobre Orton para que Cena no se viera implicado en el combate.
Sin embargo, una vez que el combate se puso en marcha, el inglés parecía tener a La Víbora contra las cuerdas, a pesar del hecho de que se prohibió la presencia del resto de Los Nexus en los alrededores del ring. Pero mientras la frustración y la fatiga hacían mella en Barrett, el inglés centró su furia sobre Cena. El aspirante empujó al árbitro especial invitado y Cena no se amilanó y le empujó hacia atrás.
Randy Orton vio su oportunidad y rápidamente tumbó al líder de Los Nexus con un RKO. Aunque Cena pareció dudar, plenamente consciente de las consecuencias, se mantuvo fiel a su palabra, contó hasta tres y levantó la mano de Orton en señal de la victoria.
A raíz de su victoria, el Campeón de la WWE tuvo un raro momento para reconocer el acto desinteresado de su rival. Ahora, mientras la carrera de un hombre como Randy Orton sigue en lo más alto, la de otro hombre, John Cena, puede estar llegando a su fin. Y aunque el ex Marine puede dejar de ser una superestrella, siempre será un campeón en los corazones de los seguidores de la WWE.
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